Juan El Grande. Leyenda Urbana de Culiacán.

Esto sucedió hace muchos, muchos años…

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Era una mañana como cualquier otra, con la diferencia de que en la calle a una cuadra de mi casa había una ambulancia y mucha gente alrededor de ella, había pasado “algo” o obviamente. La calle de mi casa era y es tranquila por las mañanas.

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En aquel entonces me trasladaba a la secundaria en moto. No llegue a ver el mitote, no lo acostumbraba entonces ni ahora.

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En aquel entonces no existía la Internet ni mucho menos, para enterarse de las noticias había que esperar al periódico del día siguiente o enterarse en el noticiario nocturno del canal 3 (canal local de Culiacán).

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Lo que paso en aquella mañana fue que un corredor de maratones de nombre Juan y apodado “Juan el Grande” había sufrido un infarto fulminante mientras corría y quedo tendido sin vida en el camellón del bulevar que entonces se llamaba Paseo de las Palmas, justo enfrente de un edificio de oficinas donde estaba la sede de un grupo de alcohólicos anónimos. Lo que sucedió fue eso, la leyenda o el mito se origino después.

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Después de algunos días del fallecimiento de Juan, un grupo de amigos y colegas corredores instalaron un monumento que consistía en una cruz con la inscripción “JUAN EL GRANDE” y una placa de mármol con un pensamiento o una lista de nombres… no recuerdo bien.

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Al tiempo empezó a circular el rumor, mito o leyenda –como gusten denominarlo- de que si alguien durante el día colocaba una piedra sobre la cruz, a la media noche al tocar la puerta de una casa que se encontraba a algunos metros del lugar donde estaba ubicada la cruz, Juan abría la puerta y platicaba con los visitantes.

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Como era de esperarse, la historia se contamino en poco tiempo, el efecto teléfono descompuesto hizo de las suyas… no faltó quien aseguraba que al abrirse la puerta había una persona ahorcada, o quien abría la puerta era un monstruo, o que tenía la cara y las manos ensangrentadas… y un sin fin de variantes de supuestos hechos reales de gente que coloco la piedra en la cruz y regreso a la media noche a tocar en la puerta indicada.

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Mi historia favorita era de un supuesto altar satánico que se encontraba en una cueva localizada entre el edificio de oficinas frente al cual Juan falleció y una pared de piedra que forma parte de un cerro contra el cual estaba construido el mencionado edificio… fue tal la afluencia de gente al lugar que la administración del edificio termino tapando ese hueco con ladrillo.

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Con los años la cruz y la placa de Juan sufrieron las inclemencias del ambiente, la destrucción voluntaria o involuntaria de los curiosos hasta que a la vuelta de 3 0 4 años ya no quedaba nada, ni de la cruz ni de la placa, y la leyenda se olvido por completo.

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Dato real a la Mythbusters.

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Un grupo de amigos y yo colocamos la piedra en la cruz y fuimos a la puerta indicada a la media noche y no paso nada. Lo hicimos por mera curiosidad y porque lo grabamos en vídeo para demostrarles a unas amigas que todo era falso. Tenía la absoluta seguridad de que no sucedería nada, por eso nos animamos por supuesto je, puesto que la puerta donde le tocaban a Juan era la puerta de atrás de la casa de una compañera de la secundaria, incluso en alguna ocasión había entrado y salido por ahí.

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Del altar satánico… la cueva o hueco no tenía mas de 3 metros de longitud y era utilizado por la misma gente del edificio para almacenar cacharros y basura (sillas rotas, cajas con papeles, “triquero” como dice mi compadre, etc.), me consta porque entre live in person y no encontré ningún altar.

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Una leyenda urbana que se desvaneció con una generación, supongo que porque ya no esta la cruz en el lugar que Juan falleció.

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